jueves, 31 de julio de 2014
miércoles, 30 de julio de 2014
El arte de hacer Branding, por Guy Kawasaki
“Dime que marca de whisky bebe Grant. Me gustaría en enviar un barril a todos mis otros generales”. Abraham Lincoln.
En el mundo real, tú no tienes recursos infinitos. Tampoco tienes un producto perfecto ni vendes a un mercado en crecimiento y sin competencia. Tampoco eres omnipotente, por lo que no puedes reforzar lo que la gente piensa que tu marca representa. Bajo estos supuestos, la mayoría de las empresas necesitan toda la ayuda que puedan conseguir acerca del branding.
Estos son mis consejos que te ayudarán:
1. Apunta a los más alto
Posiciona tu marca con condiciones positivas: "dar sentido", "hacer el bien", "cambiar el mundo" o "hacer feliz a la gente". Piense en esto: ¿cuándo fue la última vez que compraste un producto para herir a tu competencia? Si quieres vencer a tu competencia, establece una marca edificante, pero no trates de establecer una marca basada en tu deseo tonto de vencer a tu competencia.
2. Crea un mensaje
Ya es bastante difícil crear y comunicar un único mensaje de la marca. Sin embargo, muchas empresas tratan de establecer más de una porque ya que tienen miedo a ser nichos y quieren "todo" el mercado. "Nuestro ordenador es para las compañías del Fortune 500. Ah, y también es para que los consumidores lo utilicen en sus hogares”. Acéptalo, Volvo no puede ser igual respecto a la seguridad y a la sensualidad y Toyota no puede ser igual de económico y lujoso. Tú puedes escoger un mensaje, te atas a él durante al menos un año si parece prometedor, y después tratas de establecer otro. Pero no se pueden tratar varios a la vez o cambiar cada pocos meses.
3. Habla inglés
Si tu mensaje utiliza iniciales, las probabilidades son de que (a), la mayoría de la gente no va a entender tu imagen de marca y (b) que tu imagen de marca no va a durar mucho tiempo. Por ejemplo, "el mejor decodificador MP3" presupone que la gente entiende lo que significa "MP3" y "decodificador". Dentro de diez años, ¿quién sabe si MP3 va interesar? Una buena prueba es preguntar a tus padres si entienden tu posicionamiento, suponiendo que tus padres no son profesores en ciencias de la computación.
4. Prueba lo contrario
¿Cuántas veces has leído una descripción de producto como esta? "Nuestro software es escalable, seguro, fácil de usar y rápido". Las empresas utilizan estos adjetivos como si ninguna otra compañía más afirma que su producto es escalable, seguro, fácil de usar y rápido. Mira si tu competencia utiliza los antónimos de los adjetivos que se utilizan. Si no lo hace, tu descripción es inútil. Por ejemplo, yo nunca he visto una compañía que dice que su producto es limitado, lleno de goteras, difícil de usar y lento.
5. Muestra el mensaje a toda la empresa
Digamos que vamos a diseñar el mensaje de la marca perfecta. Ahora muestra el mensaje a toda tu empresa, de arriba a abajo. Los departamentos de marketing de muchas empresas asumen que una vez que han puesto el comunicado de prensa, todo el mundo entiende el mensaje. Es muy poco probable que toda la empresa entienda. Empieza por tu consejo de administración y acaba en la recepción asegurándote de que cada empleado entiende la marca.
6. Examina el rebote
Conoces todos los mensajes que envías, pero realmente no conoces los que la gente recibe. He aquí un concepto: Debes preguntarles a ellos para que hagan rebotar el mensaje que has enviado de manera que puedas aprender cómo realmente se interpreta tu mensaje. Al final, no es tanto lo que dices sino lo que la gente escucha.
7. Focalízate en las relaciones públicas, no en la publicidad.
Muchas empresas se gastan millones de dólares tratando de posicionar sus marcas con la publicidad. Demasiado dinero es peor que demasiado poco, porque cuando se tiene una gran cantidad de dinero, puedes gastar un montón de dinero en cosas estúpidas como la publicdad en la Super Bowl. Las marcas se construyen sobre lo que dice la gente sobre ti, no lo que dices tú acerca de ti mismo. La gente dice cosas buenas sobre ti cuando (a) tú tienes un gran producto y (b), consigues que la gente haga correr la voz sobre el tema.
8 Lucha por lo humano
Grandes marcas han alcanzado un alto nivel respecto a lo humano. Te hablan como un individuo, no como parte de un mercado. "Mi iPod", "mi Mac", "mi Harley Davidson", "mi botella de Coca-Cola." Por el contrario, nunca se piensa: "Mi Windows Vista" o "mi Microsoft Office", por lo que no etiqueto a Microsoft como una gran marca aunque los niños piensen en "Mi Xbox". Por desgracia para Microsoft, "Xbox" y "Microsoft" no están estrechamente vinculados entre sí.
Ahora da paso atrás y pregúntate a ti mismo: “¿Si no gastamos un centavo en marketing, la gente será consciente de nuestra marca y entenderá lo que significa?" El mundo real es lo siguiente: Tú no dispones de un gran presupuesto de marketing, así que tienes que depender de la gente para que crean tu marca para ti.
lunes, 28 de julio de 2014
'Cinco cambios en el día a día que te empujarán a alcanzar el éxito' por Álvaro García Ruiz
¿No sabes cómo ser más productivo? ¿Te agobias con rapidez? ¿Tienes algún compañero que tiene el mismo éxito en el trabajo y en su vida personal y no eres capaz de descifrar cómo lo hace?
El éxito y la felicidad dependen de dos factores. Uno es externo, mientras que otro reside en uno mismo. Es complicado influir en los agentes externos a nosotros, pero sí que se puede hacer lo máximo posible por nuestra parte para serlo.
Por estas razones, Eric Barker propone en el semanario The Week una serie de cambios que cada uno debe hacer en su vida y que siguen esas personas felices, exitosas y satisfechas con su existencia.
1. El ritual matutino
La autora Laura Vanderkam estudió los hábitos de los triunfadores y encontró una característica común para la mayoría de casos. Madrugaban y solían tener los mismos hábitos cada día.
Puede parecer un hecho sin demasiada importancia, pero la escritora señala la importancia de levantarse y poder disfrutar algo antes de que empiece la locura del día y así sentir que se tiene todo controlado.
Es necesario tener algo de tiempo y poder establecer una serie de objetivos porque ello servirá para tener una mayor confianza y sentir que la situación está bajo control.
2. Lo importante al principio… y sin distracciones
El cerebro se encuentra en mejor forma las dos horas y media después de haberse levantado del sueño. Mejor no perder el tiempo en absurdas reuniones o pegando la oreja al teléfono.
Pensar antes de actuar y parar cuando algo se te atraganta son dos excelentes consejos
Estudios demuestran que la capacidad receptiva del cerebro puede variar entre un 15 % y un 30 % durante el transcurso del día, así que por lógica será mejor dedicar las horas de mayor productividad cuando nuestro cerebro funcione al nivel más óptimo.
Muchos probablemente estéis pensando que tenéis que hacer lo que diga el jefe cuando llegáis a vuestro puesto de trabajo. La solución que proponeJason Fried es sencilla: levantarse un poquito antes y trabajar algo en casa o llegar con algo de anterioridad al puesto de trabajo.
3. No te “quemes” cuando te sientas mal
Al igual que lo comentado en el primer punto, es muy importante tener la sensación de que todo está bajo control. Todos en algún momento dado nos hemos agobiado o no hemos sabido cómo seguir en alguna tarea.
Seguramente estemos de acuerdo en que es una sensación bastante irritante y llena de impotencia. Y, probablemente, todos hayamos cometido el error de querer seguir como sea con el trabajo sin pararnos a pensar un momento.
Esta es una decisión nada acertada, mejor pararse un rato, echar una minisiesta o un pequeño descanso. Pese a que parezca una pérdida de tiempo, en realidad servirá para ordenar ideas y restablecer nuestro orden interno.
Al fin y al cabo, diversos estudios muestran que las personas exitosas y persistentes dedican más tiempo a pensar, ya que tener las ideas claras y los objetivos marcados son claves para lograr los propósitos.
4. El trabajo aburrido y pesado para la tarde
Por la mañana toca pensar… y por la tarde copiar. Está bien dedicar el tiempo más creativo durante las primeras horas del día, pero no todo es tener ideas lúcidas, también debe existir un trabajo detrás y ese es el que se ha de llevarse a cabo en esas horas en las que nuestra cabeza sigue funcionando correctamente, pero no muestra su mejor rendimiento.
Dedica cada momento a cada cosa. La noche está para descansar
Un truco para gozar de mayor productividad en estas situaciones es estar rodeado de gente. Un estudio de David Nowell, neuropsicólogo y profesor de la Universidad de Oxford, indica que la gente con TDAH logra trabajar más cuando hay gente a su alrededor. Todos tenemos que realizar tareas que nos parecen un soberano aburrimiento, pero siempre son más llevaderas si las realizamos con alguien a nuestro lado.
5. La noche está para relajarse
Este es el rato para desconectar. Puede estar bien dedicar un rato antes de la cena a pensar objetivos para el día siguiente, pero la tónica general ha de ser tranquilizarse y pasar un buen rato. La asociación americana de psicología señala que el abuso del alcohol, videojuegos, televisión o fumar es una mala idea. Mientras que destaca el deporte, leer, la música o realizar ejercicios espirituales (en el caso de los fieles) como las mejores actividades para relajarse. Y, sobre todo… dormir lo suficiente.
viernes, 25 de julio de 2014
Mantenerse Creativo
lunes, 21 de julio de 2014
'¿A cuanta gente estamos lanzando a emprender para que se arruine? por Carlos Otto
Me lo decía hace poco un conocido que trabaja en un banco: “Cada vez que pienso en las hipotecas que he dado alegremente, en los depósitos que he recomendado sin saber de lo que hablaba, en lo bien que me miraba antes la gente y lo mal que me mira ahora... Se me cae el alma a los pies”. En realidad ambos sabemos que él no tiene culpa, o que su culpa es mínima. Es un mero empleado de banca de provincias que ni pincha ni corta, y no movía un solo dedo sin que lo dijese su director. Pero no puede dejar de sentir remordimientos por haber contribuido, de manera indirecta, a construir algunas de las realidades que hoy conocemos.
A mí me pasa algo parecido con mi trabajo en medios de comunicación y todo este asunto del emprendimiento. Llevo cerca de cuatro años escribiendo sobre emprendimiento, nuevas startups, nacimiento de empresas y creación de empleo, y por delante de mí han pasado emprendedores de todo tipo: el que estaba convencido desde el principio, el que no se atrevía y finalmente se lanzó, el que aprovechó un despido para intentarlo, el que se lo ha encontrado casi de casualidad y también, cómo no, el que nunca se había planteado emprender pero lo está haciendo por desesperación.
¿Cuántas posibilidades hay de que un emprendedor se la pegue?
Cada vez que conozco a una de estas personas, sé que las probabilidades de que se la pegue son altísimas. Y esto no es malo (per se) ni ilógico, ojo. En un país en el que la mortalidad empresarial supera (en el mejor de los casos) el 20% un año después de su fundación, que un emprendedor se pegue el batacazo, lejos de ser raro, forma parte de la normalidad estadística. Sin embargo, muchos de los que emprenden no lo saben.
Como las cifras del paro no remontan (o lo hacen a un ritmo desesperantemente lento), hace años que nuestros políticos decidieron decirle a la gente que lo que tienen que hacer es emprender
Muchos de los que emprenden lo hacen por una mezcla de necesidad, desesperación y -por qué no decirlo- oportunismo político. Como las cifras del paro no remontan (o lo hacen a un ritmo desesperantemente lento), hace años que nuestros políticos decidieron decirle a la gente que lo que tienen que hacer es emprender. Que el empleo no llega solo, oiga, y que si quiere trabajar deje de lloriquear, levante el culo del sillón y monte su propia empresa. Y una vez que los tienen atrapados en ese discurso, pasan al optimismo: emprender no solo te dará un empleo, sino que además te hará crecer como profesional, te preparará para la vida, te hará mejor persona y hasta te crecerá el pelo (o lo que tú quieras que te crezca). Vamos, que emprender mola de cojones.
Y no. De eso nada. Emprender es duro de narices. Efectivamente, te da un empleo (si te sale bien la cosa) y es muy probable que te convierta en una persona más independiente y mucho más preparada, pero también hay que enseñar la cara B de la cinta: emprender te quita (muchas) horas de tu vida, te roba momentos de sueño, te roba ratos con familia y amigos, te estresa, consume todos tus recursos y, hasta que las cosas salen bien (e incluso después), te genera una ansiedad inimaginable.
Un emprendedor no es un superhéroe, ni mucho menos, pero pasa muchas más penurias de las que algunos quieren contar. Yo llevo cuatro años como autónomo, soy socio de un par de empresas y sé que, pese a todo lo malo, no cambiaría ni un solo aspecto de mi vida. En realidad, yo sí que pienso que emprender mola, y mola muchísimo, pero no se me ocurre la estupidez de soltar una frase así, descontextualizada, en ningún foro público.
¿Qué responsabilidad tenemos los periodistas?
Por todos estos motivos, hace tiempo que decidí echar un poco el freno al hablar de emprendimiento. Si antes escribía con optimismo, ahora lo hago con precaución. Si antes quería contagiar de mi actitud a todos los posibles parados que se planteen emprender, ahora lo que quiero es prevenirles. Porque, si fracasan, no quiero ocupar sus rencores cuando piensen que nadie les contó la historia entera.
Esta pretendida autoprecaución (que aún tengo que seguir mejorando) a veces me ha causado el enfado de algún ministerio, donde parecían convencidos de que, cuando escribo, ando más preocupado de ver el lado malo de los datos que el bueno
Esta pretendida autoprecaución (que aún tengo que seguir mejorando) a veces me ha causado el enfado de algún ministerio, donde parecían convencidos de que, cuando escribo, ando más preocupado de ver el lado malo de los datos que el bueno. Una vez, incluso, un político me llegó a decir que en realidad yo no quiero que España salga de la crisis, una enorme estupidez cuyo tamaño era inversamente proporcional a la capacidad intelectual de dicho sujeto. Lo que pasa es que, dentro de diez años (como mucho), ese político ya no ocupará su cargo. Y no es que dentro de diez años la situación social de nuestro país le vaya a dar igual, ni mucho menos, pero lo cierto es que nadie le pedirá ya responsabilidades por haber animado a todo Dios a emprender en un acto de evidente irresponsabilidad política.
Está claro que, si un emprendedor fracasa, lo cosa no tiene por qué ser culpa de nadie. Como mucho, será suya propia. Sin embargo, conviene que todos nos preguntemos qué parte de culpa tenemos los que hemos contribuido a que esa persona, que en realidad no tenía ni idea de lo que conlleva sacar adelante una empresa, se la haya pegado. Seguramente no seamos culpables de su error, pero quizá sí hayamos sido cómplices.
jueves, 17 de julio de 2014
martes, 15 de julio de 2014
'El valor de la humildad' por Borja Vilaseca
La gran mayoría estamos convencidos de que nuestra forma de ver la vida es la forma de ver la vida. Y que quienes ven las cosas diferentes que nosotros están equivocados. De hecho, tenemos tendencia a rodearnos de personas que piensan exactamente como nosotros, considerando que estas son las únicas “cuerdas y sensatas”. Pero ¿sabemos de dónde viene nuestra visión de la vida? ¿Realmente podemos decir que es nuestra? ¿Acaso la hemos elegido libre y voluntariamente?
Desde el día en que nacimos, nuestra mente ha sido condicionada para pensar y comportarnos de acuerdo con las opiniones, valores y aspiraciones de nuestro entorno social y familiar. ¿Acaso hemos escogido el idioma con el que hablamos? ¿Y qué decir de nuestro equipo de fútbol? En función del país y del barrio en el que hayamos sido educados, ahora mismo nos identificamos con una cultura, una religión, una política, una profesión y una moda determinadas, igual que el resto de nuestros vecinos. ¿Cómo veríamos la vida si hubiéramos nacido en una aldea de un pueblo de Madagascar? Diferente, ¿no? Y entonces, ¿por qué nos aferramos a una identidad prestada, de segunda mano, tan aleatoria como el lugar en el que nacimos? ¿Por qué no cuestionamos nuestra forma de pensar? ¿Y qué consecuencias tiene este hecho sobre nuestra existencia?
Para responder a esta última pregunta tan solo hace falta echar un vistazo a la sociedad. ¿Vemos a seres humanos felices al volante de los coches en medio de un atasco de tráfico? ¿Vemos a personas que se sienten en paz saliendo por la tele? ¿Vemos mucho amor en los campos de fútbol o en las empresas? La ignorancia es el germen de la infelicidad. Y ésta, la raíz desde la que florecen el resto de nuestros conflictos y perturbaciones. No existe ni un solo ser humano en el mundo que quiera sufrir de forma voluntaria. Las personas queremos ser felices, pero en general no tenemos ni idea de cómo lograrlo. Y dado que la mentira más común es la que nos contamos a nosotros mismos, en vez de cuestionar nuestro sistema de creencias e iniciar un proceso de cambio personal, la mayoría nos quedamos anclados en el victimismo, la indignación, la impotencia o la resignación.
Ser honesto es doloroso.
Muchos estamos perdidos en el arte de vivir plenamente. ¿Y quién no lo está? Demasiada gente nos ha estado confundiendo durante demasiados años, presionándonos y convenciéndonos para que hagamos cosas que no nos conviene hacer para tener cosas que no necesitamos tener. Observemos los resultados que estamos cosechando en las diferentes dimensiones de nuestra existencia. ¿Qué vemos? Si nuestra vida carece de sentido, reconozcámoslo. No nos engañemos más. Si nos sentimos vacíos, asumámoslo. Dejemos de mirar hacia otro lado. El autoengaño es un déficit de honestidad. Esta cualidad nos permite reconocer que nuestra vida está hecha un lío porque nosotros nos sentimos así en la vida. A menos que admitamos que tenemos un problema, nos será imposible solucionarlo. Lo único que conseguiremos será crear nuevos problemas, cada vez más sofisticados.
La honestidad puede resultar muy dolorosa al principio. Pero a medio plazo es muy liberadora. Nos permite afrontar la verdad acerca de quiénes somos y de cómo nos relacionamos con nuestro mundo interior. Así es como iniciamos el camino que nos conduce hacia nuestro bienestar emocional. Cultivar esta virtud provoca una serie de efectos terapéuticos. En primer lugar, disminuye el miedo a conocernos y afrontar nuestro lado oscuro. También nos incapacita para seguir llevando una máscara con la que agradar a los demás y ser aceptados por nuestro entorno social y laboral.
A su vez, esta cualidad nos impide seguir ocultando debajo de la alfombra nuestros conflictos emocionales. Así, nos da fortaleza para cuestionarnos, identificando la falsedad y las mentiras que pueden estar formando parte de nuestra vida. De pronto perdemos el interés en justificarnos cada vez que alguien señala alguno de nuestros defectos. Y aumenta nuestra motivación para desarrollar nuestro potencial como seres humanos. En la medida que la honestidad se va integrando en nuestro ser, sentimos frecuentes episodios de alivio por no tener que fingir ser quien no somos.
La tiranía del Orgullo.
A pesar del sufrimiento y del conflicto que vamos cosechando, en ocasiones nos cuesta mucho considerar que estamos equivocados. ¿Quién lo está? Así, solemos utilizar una serie de mecanismos de defensa para mantenernos en nuestra zona de comodidad. Entre estos destaca la arrogancia de creer que no tenemos nada que cuestionarnos, ni mucho menos algo que aprender. Así es como evitamos remover el sistema de creencias con el que hemos fabricado nuestro falso concepto de identidad.
Y lo mismo hacemos con la soberbia, que nos lleva a sentirnos superiores cada vez que nos comparamos con alguien, poniendo de manifiesto nuestro complejo de inferioridad. De ahí surge la prepotencia, con la que tratamos de demostrar que siempre tenemos la razón. También empleamos la vanidad, haciendo ostentación de nuestros méritos, virtudes y logros.
Eso sí, el gran generador de conflictos con otras personas se llama orgullo. Principalmente porque nos incapacita para reconocer y enmendar nuestros propios errores. Y pone de manifiesto una carencia de humildad. Etimológicamente, esta cualidad viene de humus, que significa tierra fértil. Es lo que nos permite adoptar una actitud abierta, flexible y receptiva para poder aprender aquello que todavía no sabemos.
Los beneficios de la humildad.
La humildad está relacionada con la aceptación de nuestros defectos, debilidades y limitaciones. Nos predispone a cuestionar aquello que hasta ahora habíamos dado por cierto. En el caso de que además seamos vanidosos o prepotentes, nos inspira simplemente a mantener la boca cerrada. Y solo hablar de nuestros éxitos en caso de que nos pregunten. Llegado el momento, nos invita a ser breves y no regodearnos. Es cierto que nuestras cualidades forman parte de nosotros, pero no son nuestras.
"La humildad nos permite silenciar nuestras virtudes, permitiendo que los demás descubran las suyas" Clay Newman
La paradoja de la humildad es que cuando se manifiesta, se corrompe y desaparece. La coletilla “en mi humilde opinión” no es más que nuestro orgullo disfrazado. La verdadera práctica de esta virtud no se predica, se practica. En caso de existir, son los demás quienes la ven, nunca uno mismo. Ser sencillo es el resultado de conocer nuestra verdadera esencia, más allá de nuestro ego. Y es que solo cuando accedemos al núcleo de nuestro ser sabemos que no somos lo que pensamos, decimos o hacemos. Ni tampoco lo que tenemos o conseguimos. Ésta es la razón por la que las personas humildes, en tanto que sabios, pasan desapercibidas.
En la medida que cultivamos la modestia, nos es cada vez más fácil aprender de las equivocaciones que cometemos, comprendiendo que los errores son necesarios para seguir creciendo y evolucionando. De pronto ya no sentimos la necesidad de discutir, imponer nuestra opinión o tener la razón. Gracias a esta cualidad, cada vez gozamos de mayor predisposición para escuchar nuevos puntos de vista, incluso cuando se oponen a nuestras creencias. En paralelo, sentimos más curiosidad por explorar formas alternativas de entender la vida que ni siquiera sabíamos que existían. Y cuanto más indagamos, mayor es el reconocimiento de nuestra ignorancia, vislumbrando claramente el camino hacia la sabiduría.
lunes, 14 de julio de 2014
'Cuatro Niveles de Actitud' por Borja Villaseca
lunes, 7 de julio de 2014
'Las Lecciones sobre el Liderazgo que se aprenden en el lugar más duro de la tierra' por Miguel Ayuso
Para organizar de forma efectiva a un grupo de personas que persigue un objetivo común, suele ser necesario que alguien lleve la voz cantante. Ycuanto más duro sea el entorno en que trabaja el grupo, más fuerte debe ser el liderazgo. No en vano, los ejércitos son las empresas en las que los jefes mandan más: desobedecer sus órdenes puede llevarte a la cárcel, o al patíbulo, algo que no ocurre en ningún otro lugar de trabajo.
Guerras aparte, hay dos escenarios en los que la actuación del líder es decisiva: las exploraciones al espacio y a los polos. ¿Qué hacer si alguien cuestiona tu autoridad en un lugar en el que no hay nadie más aparte de tú y tu equipo? En este tipo de expediciones nadie sobra. Todas las personas tienen un rol crítico. ¿Cómo se supone que debes castigarles si la situación se va de madre? ¿Qué ocurre si pierdes tu autoridad?
El libro Bold Endeavors: Lessons from Polar and Space Exploration (Naval Institute Press), obra del vicepresidente de Anacapa Sciences Jack Suster, está considerado el más importante manual sobre cómo facilitar el rendimiento y supervivencia de un equipo humano en una situación de aislamiento a largo plazo. Pero, aunque habla de situaciones extremas, contiene importantes reflexiones sobre el liderazgo que bien harían muchos jefes en aplicar en su día a día.
Cuanto más duro es el entorno, más democracia es necesaria
En los años 60, el Navy Medical Neuropsychiatric Research Unit, de la marina estadounidense, realizó una serie de estudios acerca del liderazgo en las expediciones antárticas, ya que en aquellos años se estaban empezando a establecer las primeras estaciones científicas. Tal como explica Suster en su libro, citando estos estudios, los líderes que tuvieron más éxito en estas primeras bases científicas fueron aquellos que tenían un estilo de mando relativamente democrático.
Lo que distinguía a los líderes más populares de las expediciones antárticas era su capacidad para controlar las emociones de sus subordinados
Los líderes a los que se tenía más estima mostraban una mayor implicación en las actividades realizadas por los miembros de su equipo. Estos líderes desafiaban el rol tradicional de los jefes militares y mantenían relaciones individuales de confianza con todos los participantes en la expedición. Además, consultaban con ellos las decisiones que podían afectarles directamente.
Según explica Suster, los buenos líderes seguían siendo agresivos, trabajadores y disciplinados, pero su mayor preocupación era conservar la armonía en el equipo, quizás porque sabían que, en un entorno tan hostil, cualquier pelea podía acabar como el rosario de la aurora. Lo que distinguía a los líderes más populares de las expediciones antárticas era su capacidad para controlar las emociones de sus subordinados y mantener la camaradería.
“Los líderes mejor valorados se tomaban su tiempo para hablar personalmente con cada miembro de la expedición y hacían todo lo que fuera necesario para preservar la solidaridad entre ellos”, explica Suster. “Muchos líderes ineficaces probablemente saben que deben hacer este esfuerzo, pero se abstienen porque no están lo suficientemente motivados”.
Los tres tipos de decisiones que debe tomar un jefe
Lo que demuestran estos estudios del liderazgo en la Antártida es que los participantes en una expedición no esperan que su jefe responda todas sus dudas, para eso están los especialistas (en una estación científica en la Antártida nunca faltan especialistas), lo que necesitan es alguien que tome decisiones para organizar de forma eficiente el trabajo.
En una base antártica se toman tres tipos de decisiones y no es difícil trasladar estas a cualquier entorno laboral, con la salvedad de que en una oficina no te estás jugando el tipo:
1. Decisiones técnicas
Las decisiones específicas concernientes a cuestiones puramente técnicas se basan en lo que opinan los especialistas y las personas que vayan a estar directamente involucradas en su consecución. Sí, el jefe tiene la última palabra, pero los buenos líderes estudiados por la marina estadounidense nunca se opusieron a lo que opinaban los especialistas.
2. Decisiones organizativas
A veces nos olvidamos de que la verdadera labor del jefe no es trabajar, sino organizar el trabajo. Los miembros de una expedición antártica esperan que el jefe de la misma tome todas las decisiones relativas a las rutinas de la estación que afectan a todo el personal, como los horarios, el mantenimiento de las instalaciones o los momentos de esparcimiento. Si era necesario realizar algún cambio importante los buenos líderes consultaban antes su idea con todo el grupo.
3. Decisiones de urgencia
En una estación antártica es normal que se den situaciones de emergencia: se puede perder un miembro de la expedición, se pueden escapar los perros, se puede averiar un equipo necesario para el soporte vital de la base… La realidad es que en la Antártida cualquier contratiempo puede convertirse en una cuestión de vida o muerte. Y, ante cualquier eventualidad, los miembros de la expedición esperan que el líder tome decisiones de la manera más rápida y autocrática posible. No hay tiempo para discusiones.
miércoles, 2 de julio de 2014
FAES presenta 10 Propuestas para Mejorar el Mercado Laboral.-
La Fundación FAES ha presentado hoy un estudio sobre el mercado laboral en España, en el que se analiza la situación actual del mismo y se desarrollan diez propuestas para mejorarlo, entre las que destacan la simplificación de figuras contractuales y de apoyos para fomentar la contratación, la implantación de incentivos a la búsqueda de empleo, mediante la modulación de la prestación por desempleo, o al interés por la formación y acabar con la vinculación de los salarios con el IPC.
Este texto, titulado Reflexiones sobre el mercado de trabajo: continuar la reforma, parte de la base de que, más allá de los ciclos económicos concretos, existen problemas estructurales que afectan a nuestras relaciones laborales y que es necesario mantener un espíritu de reforma permanente. Por ello, la propuesta que se hace, con carácter general, es que toda reforma laboral debe ser global e incorporar elementos macroeconómicos.
La presentación del estudio ha corrido a cargo del responsable de Economía y Políticas Públicas de la Fundación, Miguel Marín, quien ha dirigido el trabajo, y del director general de Estrategia y Fomento de Empleo de la Comunidad de Madrid, Valentín Bote, que lo ha coordinado. En el acto han estado presentes, además, los autores de los textos contenidos en el documento: Rafael Pampillón, del Instituto de Empresa; Cristina Mingorance, del CEU; Felipe Sáez, de la Universidad Autónoma de Madrid; Mar Alarcón, de la Comunidad de Madrid; Matthias Schäfer, de la Fundación Konrad Adenauer; Annemarie Muntz, del CIETT; Jordi García Viña, de la CEOE; y José Luis Moreno Torres, de la Fundación Democracia y Gobierno Local.
Los 10 puntos de FAES
1- Ahondar en la simplificación contractual haciendo converger los costes de todos los contratos en niveles más moderados, incluidos los costes de despido. Los contratos laborales "favorecen el comportamiento cíclico del mercado laboral, incrementan su dualidad y reducen la productividad de la mano de obra". En este sentido, se propugna: una simplificación de las figuras contractuales y de bonificaciones con las que se ha querido privilegiar a ciertos colectivos y facilitar que converjan los costes de despido de todos los contratos en niveles más moderados.
2- Complementar con ayudas del Estado eventuales reducciones del salario mínimo para favorecer la contratación de colectivos específicos garantizando su nivel de bienestar
Para evitar que el salario mínimo se convierta en una barrera para la entrada en el mercado laboral sería recomendable prestar atención a medidas que han funcionado en otros países, como Alemania, donde se aumentaron los incentivos de los desempleados de larga duración para aceptar empleos de menor remuneración mediante la compensación de esos menores salarios.
3- Concentrar un importe sustancial de la prestación por desempleo en los primeros meses de vigencia, sin perjuicio de mantener, o incluso aumentar, el volumen total de la cuantía. Habría que diseñar mejor la prestación por desempleo, de forma que deje de ser considerada "como un derecho a cobrar una cantidad por haber trabajado, como podría ser una pensión de jubilación", y pase a considerarse más como un seguro que cubre una contingencia. La experiencia internacional apunta a lo siguiente: "modular la cuantía de la prestación por desempleo a lo largo de los meses de su vigencia, concentrando una parte sustancial en los primeros meses de prestación, en los que actúa genuinamente como un seguro, y valorando reducciones de los plazos máximos aun manteniendo o incluso aumentando el volumen total de la prestación".
4- Avanzar en la reducción de los costes generales vinculados a la contratación, con una evaluación de la eficacia de la multitud de bonificaciones actuales. La primera propuesta del estudio hecho público hoy es "avanzar en la reducción de los costes vinculados a la contratación de modo general, lo que pasa por evaluar la maraña de medidas para fomentar la contratación de determinados segmentos de la población". En el texto se aboga por la simplificación contractual y por la portabilidad de la indemnización por despido a un sistema de cuentas de ahorro individuales similar al modelo austríaco, que se ha revelado exitoso. Se podría implantar en España "ya sea en estado puro o complementado con la modalidad de unos costes de despido moderados pero crecientes a cargo del empleador".
5- Aumentar la penetración de las Agencias Privadas de Colocación y de las ETTs en la intermediación para activar a los desempleados y no desaprovechar su experiencia. Es preciso, añade el estudio, seguir exigiendo a dichas agencias privadas y a las ETTS "un alto nivel de transparencia, profesionalidad y compromiso, eliminar restricciones normativas, por ejemplo, respecto al tipo de contratos con los que pueden operar o eliminar las limitaciones sectoriales que todavía hoy operan".
6- Garantizar una adecuada retribución a la formación continua de los trabajadores como incentivo a la inversión en capital humano. En España, "la inversión en capital humano no recibe la remuneración conveniente que incentive a los trabajadores a adquirir mayores niveles formativos. Los salarios para los trabajadores con perfiles formativos superiores son muy similares a los que perciben aquellos menos cualificados, según analiza el texto. Se hace preciso que progresivamente se amplíe la horquilla salarial en la negociación colectiva, para que los trabajadores que asumen el esfuerzo de formarse encuentren el incentivo adecuado y el mercado reaccione ante las señales de esa mayor formación.
7- Mejorar la transparencia y evaluación de las políticas activas y aumentar la libertad de elección del desempleado con medios como el "Cheque Formación". Para que resulten más eficaces, se propone mejorar los sistemas de transparencia y evaluación de estas políticas activas y de sus resultados y la respuesta del sistema a aquellas políticas que se muestran manifiestamente ineficaces, como es el caso de las bonificaciones de las cuotas de la Seguridad Social de determinados colectivos. También se sugiere dar un mayor grado de libertad a los desempleados a la hora de elegir la formación a recibir, "como resultaría del establecimiento de modalidades como el cheque-formación" o bono por una determinada cantidad de formación para que el desempleado decida dónde recibirla y si quiere complementarla con recursos propios.
8- Reforzar la seguridad jurídica de la negociación colectiva. Pese al indudable esfuerzo de modernización de la negociación colectiva en España que ha propiciado la reforma laboral de 2012, todavía se detectan casos de inseguridad jurídica, por lo que se hace indispensable "reforzar la seguridad en aspectos como la validez de las cláusulas convencionales que preveían la ultraactividad indefinida de los convenios suscritas con anterioridad a la reforma". Y en materia de inaplicación de los convenios, se hace preciso aclarar los límites de la autonomía colectiva.
9- Abrir una reflexión general sobre el modelo de empleo público en España orientada hacia un esquema de incentivos que procuren una mayor eficiencia. El sistema de empleo público español adolece de rigidez funcional, inexistencia de carrera profesional y régimen retributivo carente de incentivos e ineficiencia en la gestión de la temporalidad por lo que sería deseable "que le fueran de aplicación esquemas de incentivos a la movilidad o a la formación en los términos ya expresados para el resto de los trabajadores".
10- Acompasar las reformas del mercado laboral con otras tendentes a eliminar burocracia y trabas administrativas que flexibilicen y dinamicen los mercados. El estudio aboga por realizar actuaciones económicas, continuas y a medio y largo plazo, a fin de reducir la burocracia, las barreras administrativas y las regulaciones de los mercados de productos para facilitar la innovación, así como fomentar específicamente programas concretos de I + D".
Leer más: FAES presenta 10 propuestas para mejorar el mercado laboral - La Razón digital http://www.larazon.es/detalle_normal_economia/noticias/6797409/economia/faes-presenta-10-propuestas-para-mejorar-el-mercado-laboral-1#Ttt11WloqwJ0J9B5
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