La gestión empresarial desde la espiritualidad, los valores y la meditación se afianza como tendencia. Un novedoso paradigma de liderazgo que sitúa a la persona como centro de la empresa y le enseña a transmitir desde su interior paz y calma —“que no lentitud”, apunta el profesor del IESE, Albert Ribera—, a toda la organización. “El valor de la espiritualidad aplicado al mundo de los negocios pretende hacer entender a los directivos que su propósito les trasciende”, asegura la directora general de ESADE, Eugenia Bieto. “Además, ayuda a los empleados a abrirse y crear nuevas conexiones”, destaca el experto en liderazgo Richard Barret, para quien no es lo mismo gestionar desde el ego a gestionar desde el alma, “porque el ego no es lo que eres sino el antifaz que nos ponemos para conseguir lo que necesitamos, mientras que el alma es lo que realmente eres, no muere y no tiene necesidades”.
Quienes defienden la inclusión de los ejercicios espirituales en la empresa también destacan que allanan el camino para una gestión más íntegra. “La gente se ha corrompido y yo pido integridad para resolver los asuntos. Quiero negocios sanos”, sentencia el director general de Infojobs, Jaume Gurt. “Cuando llegué a Infojobs pedí valentía y transparencia a los empleados, algo que en las empresas no está bien visto. Hay compañías que presionan para que los empleados hagan cosas que no saben. Pedimos unas cosas y pagamos por otras”.
Gurt propone que las empresas alineen lo que piden con lo que pagan, que los objetivos sean más reales o que su peso sea más pequeño con respecto a la retribución total. “Al final, ocurre que hay directivos que hacen cosas no éticas para llegar a esos objetivos”. “Cuando se decide desde la relajación”, añade Ribera, “se es más prudente éticamente porque la mente está predispuesta a emociones que ayudan a controlar la impulsividad. Una decisión poco ética es siempre un atajo para conseguir resultados”.
Para Chris Lowney, un jesuita convertido en ejecutivo de JP Morgan, “las cualidades espirituales que poseen los grandes líderes incluyen la libertad interna para decidir”. “El punto de partida para aplicar la espiritualidad a la gestión es conocerse a sí mismo”, añade Gurt. “Al identificar las fortalezas, debilidades y sobre todo el tipo de carácter, controlaremos mejor los automatismos que se disparan en situaciones límite. Así cuanto más te conoces a ti mejor comprendes a los demás, por lo que se establecen mejores conexiones con los empleados”, añade.
“La meditación también se impone como tendencia para la gestión y ya ha trascendido la simple moda que parecía cuando la comenzó a implementar Google”, comenta la presidenta de Be Up, Pilar Jericó. La empresa estadounidense cuenta con programas bajo el método de John Kabaci, con gran éxito en los resultados y en el bienestar de sus empleados. “De hecho, los talleres de meditación para directivos y empleados es lo más actual en empresas de Silicon Valley como Dropbox, Facebook o IBM”, añade Jericó.
En España, el conocimiento de estas técnicas está llegando con programas de liderazgo basado en valores. Los pioneros fueron Telefónica y BBVA. “Seguimos el método de John Kabaci y vamos a implantar en breve talleres de meditación para todos los empleados”, dice un portavoz de la entidad. El Banco Santander, Enagas o Mutua Madrileña también se ha sumado a esta tendencia. “Es una corriente llamada a consolidarse debido a las enormes presiones ligadas a la escala de mando. Los directivos viven el conflicto trabajo-familia, carecen de herramientas síquicas para saber desconectar, presión por los resultados, problemas con el equipo y con la percepción, muchas veces, de injusticia o falta de transparencia de sus empresas”, asegura Ribera.
“Las organizaciones que se han apuntado a estas prácticas han observado un aumento en su productividad, reducción del absentismo laboral y un ambiente interno más colaborativo y positivo”, explica el profesor de IESE, a lo que Gurt añade: “Empresas como Softonic, Sant Joan de Deu, Chiesi, Ciberclick, AppZoom, Habitissimo, Consorci Sanitari Integral, La Fageda, Numintec o Alquimia, están inmersas en el proceso de hacer más humana la empresa a través de una gestión donde se mira a las personas y se cree en el crecimiento humano y la felicidad como claves para un desarrollo sostenido”.
“Un ejecutivo que maneja las reglas básicas de la meditación, el control mental y es capaz de entrenar su cerebro, gana prudencia en la toma de decisiones, especialmente en aquellas más difíciles que le someten a un inasumible estrés”, insiste Ribera. Los directivos agradecen esta tendencia, según Jericó, “siempre que se explique bien la base científica y perciban sus beneficios. La meditación significa observar la mente y los pensamientos, un ejercicio difícil cuando hay mucho estrés. Recomiendo comenzar con prácticas de cinco minutos e ir poco a poco aumentándola hasta 20”, dice.
Pepe Oriola, presidente de Oriola Abogados, conoce de primera mano las bondades de la meditación. “La practico a diario y se traduce en decisiones menos viscerales. En el despacho reina la calma y una confianza que se transmite. Si voy a una reunión, medito media hora antes para abordarla desde mi mejor yo”, explica. “Cuando aumenta el poder y los niveles de responsabilidad”, asegura Marta Romo, experta en neuroliderazgo, “aumenta la testosterona y disminuyen los niveles empáticos. El directivo se hace más intolerante”.
“Aplico el control mental en el desarrollo de mis negocios”, reconoce Diego Suárez, consejero delegado de Abitrans. “Desde la lucidez que me reporta y que he alcanzado con práctica y tesón diario, analizo cada situación desligándome de emociones negativas. En el último mes he cerrado dos acuerdos con grandes compañías”. “Cada día trabajo conmigo mismo para tener un estado de ánimo feliz, centrado y positivo”, concluye Américo Vieira, director general de Eglo España y Portugal. “Ser jefe conlleva esta responsabilidad también. Yo tengo que animar y transmitir fuerza y optimismo para lograr juntos los objetivos de la empresa. Tengo un equipo altamente motivado, porque el resultado de un trabajo mental es hacer de lo imposible lo posible”, afirma.
El cerebro en ‘modo’ negocios
“El cerebro es un órgano de presente y la mente de futuro”, afirma la experta en neuroliderazgo, Marta Romo. “Esta peligrosa dualidad enfrenta a la persona al reto de alinear ambos en el modo presente donde impera la atención, concentración y la calidad de las decisiones se ve aumentada al incorporar aspectos creativos, empáticos y de visión. Para una buena relajación hay que olvidar pasado y futuro. Hay directivos que recurren al neurofeedback, un sistema que ayuda a equilibrar las ondas cerebrales con sesiones de 33 minutos”.
“Para los que opten por la clásica meditación”, apunta Pilar Jericó, presidenta de Ben Up, “recomiendo que la practiquen sentados, con la espalda recta, pongan toda su atención en la respiración y desechen sus pensamientos centrándose solamente en la respiración. Es más fácil si interiormente se cuenta despacio de diez a uno o repite el mantra dentro, mientras inhala, y fuera, mientras expulsa el aire”.
La aplicación Mindfulness TS es recomendada como una buena herramienta para el bienestar personal.
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