No se debe subestimar el poder de un sólo día de nuestra vida. Todo gran éxito, todo gran negocio y toda gran carrera, no se construye de la noche a la mañana. Cualquier carrera de éxito, si la analizamos en retrospectiva, encontraríamos que es el trabajo acumulado y lo aprendido día tras día, a través de pequeños, constantes y repetidos esfuerzos.
Si cada día das lo mejor de ti mismo, si cada día, al irte a dormir sientes que has sido productivo, vas por el buen camino.
James Greenway, instructor de entrenamiento de campo y formador de líderes, asegura que hay tres preguntas que toda persona debería hacerse cada día al irse a la cama. Estas tres preguntas pueden ayudarnos a crecer en nuestras vidas y a cambiar todo aquello que no nos haga sentir bien. Las tres preguntas serían las siguientes.
1. ¿Qué aprendí hoy?
Todos somos aprendices de por vida, o al menos deberíamos serlo. Nuestra mente es nuestro recurso más preciado. Lo que aprendemos y cómo usamos lo aprendido nos ayuda a lograr el éxito. Debemos esforzarnos cada día en aprender algo nuevo para ampliar nuestro conocimiento. Nunca se sabe cuándo ese nuevo conocimiento que hemos adquirido podrá sernos útil. Recuerda que si no estamos aprendiendo, no estamos creciendo.
2. ¿He añadido valor a las personas que me rodean?
Somos ascensores. Podemos levantar a las personas que nos rodean o podemos hundirlas con nuestro comportamiento y actitud. Nuestra vida está repleta de muchas situaciones alrededor de nuestro trabajo diario, la familia y las relaciones personales de toda índole, en cada lugar debemos tomar iniciativas, resolver situaciones y enseñar a los demás a trabajar, a crear una mejor convivencia y a llevar una vida mejor.
3. ¿Cuáles fueron mis éxitos?
Somos nuestro peor enemigo. Tenemos tendencia a centrarnos sólo en nuestros fracasos, a darle vueltas una y otra vez a cómo podíamos haber hecho algo mejor. Este tipo de pensamientos son tóxicos y no nos dejan mirar hacia delante. Lo mejor es centrarse en lo ya conseguido por nosotros y pensar que si una vez conseguimos algo exitoso podemos volver a conseguirlo.
Estas tres preguntas no parecen mucho. Sin embargo, nos garantizan que cada día vivamos nuestra vida un poco mejor que ayer. La auto-derrota es nuestro mayor enemigo y podemos combatirla con la auto-reflexión. Solo hay que recordar lo que hemos aprendido, cómo hemos añadido valor a las personas que nos rodean y los éxitos que hemos cosechado a lo largo de nuestra vida para obtener la mejor versión de nosotros mismos.
Podríamos incluir también una pregunta reflexiva: "¿He hecho todo lo que podía hacer hoy de la mejor forma que podía?"... y es que en ocasiones, hacemos lo justo, y por ello son las personas que hacen más de lo justo, aquellos que cosechan éxitos por encima de la media.
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