martes, 31 de marzo de 2015

'Priorizar Tareas...' por José Luis Moreno

No conocemos nuestro mañana, vivamos poéticamente hoy. 


Al terminar el día y tratar de repasar lo que he hecho, a veces me doy cuenta -que no siempre- que he pasado la jornada de un lado a otro, de un tema a otro, y no he sido capaz de concluir satisfactoriamente ninguno.

Soy un tipo bastante sistemático y organizado. Lo he sido siempre y trato de serlo ahora pero, últimamente, me doy cuenta que vivo en cierto desorden que me lleva de una cosa a otra y me provoca estar poco centrado en un sólo tema.

Todas las mañanas suelo llevar las tareas organizadas y planteadas desde la noche anterior. Llego a la oficina y lo primero que hago es abrir el día en mi cuaderno de notas y comenzar a revisar los correos.



Aquí comienzo a sentir el caos. Tener cuatro cuentas de correo, por diferentes temas y singularidades, ya es algo que comienza a generarme cierta distorsión mental.

Tras el correo comienzo a revisar los papeles que tengo pendientes y  debo atender, corregir y/o dar alguna salida.

A partir de ahí es  cuando mi cabeza comienza a funcionar en modo multitarea. Sin darme cuenta voy de una a otra cosa, de un proyecto a otro. Se agolpan en mi cerebro, a la vez, temas distintos y diferentes, sin orden de prioridad e importancia, y mi mente se lanza de un lado a otro sin control, sin llegar concluir ninguna de ellas.

Cuando me doy cuenta estoy sumido en un caos mental que me obliga a parar y volver a coger un ritmo ordenado.

Si esto ocurre, si esto te ocurre, está claro que algo no se está haciendo bien, algo no estoy haciendo bien.

En los últimos días he coincidido en la lectura de diferentes textos que recomiendan lo fundamental que es priorizar y focalizar tus tareas.

No podemos estar dedicados a tres o cuatro cosas a la vez porque eso nos lleva, inevitablemente, a la desconcentracion y, lo que es peor, a no llegar a hacer nada del todo bien.

Ser capaces de ordenar, de no pasar a la siguiente tarea sin haber concluido la anterior es fundamental si queremos cumplir con meridiano éxito los objetivos que nos planteemos cada día. 

Ir de un lado a otro, de una cosa a otra, no lleva a nada.

Normalmente las cosas salen bien cuando nos centramos en ellas, sin importarnos el resto, simplificamos nuestra atención, decidimos no distraernos hasta conseguir terminar con mejores o peores resultados.


No todo importa por igual.


Es necesario que nuestro foco de atención se dirija sobre lo único que estamos haciendo en ese momento: una cosa.


Cuando tratamos de abarcar mucho no podemos controlarlo todo. Abarcamos demasiado y logramos poco.


Que estés muy atareado no quiere decir que seas eficaz.


No por hacer mucho se tiene más éxito.


Es mejor ser productivo que estar ocupado siempre.


Hay que decir NO a cosas que nos vengan si no hemos terminado lo importante.


No todo importa igual. El éxito se halla haciendo aquello que más importa.


Lo más importante que tienes que hacer hoy, en tu vida, es hacer lo más importante.


Y es que muchas veces me pongo a hacer varias cosas a la vez y termino por no hacer ninguna.

Por eso hoy he preferido terminar con estos pequeños consejos, que espero sean compartidos por muchos aunque, por su puesto, no tienen por qué ser los más correctos.

Vivamos.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Coach Integral Services Consultora

QUÉ HACEMOS


# Ofrecemos nuestra Consultora a empresas y particulares en diferentes áreas, abarcando todas las posibles necesidades y aportando soluciones completas.

# Tenemos un único objetivo:

Facilitar y Solucionar
el trabajo
a nuestros clientes.


Coach Integral ServicesConsultora nace de la unión de un grupo de profesionales con una amplia experiencia en diferentes áreas y servicios.

Ofrecemos servicios y asesoramientos jurídicos, soluciones innovadoras en procesos de gestión y recursos humanos, servicios integrales de comunicación, coaching, formación en  talento, neuroliderazgo e inteligencia emocional.

Somos capaces de satisfacer todo un abanico de necesidades de nuestros clientes.



Coach Integral Services te acompaña en tu camino.

Somos la mano a la que agarrarse. 


La confianza de nuestros clientes, la confidencialidad y profesionalidad en nuestros trabajos, es el sello que nos caracteriza.

Estamos en

Calle Diego de León,  22 6º Izquierda
(Esquina Velázquez)
MADRID
Tels. 630 161 791 – 606 975 958

info@coachintegralservices.com

lunes, 23 de marzo de 2015

10 beneficios personales contundentes de la meditación en mindfulness.


Luego de más de 3,000 años de tradición asiática y de innumerables tomos sobre el meditar, me llama mucho la atención cómo la cultura occidental está descubriendo las maravillas de la práctica del mindfulness.


A pesar de vivir en un mundo que nos exige resultados y títulos rimbombantes, poco a poco vamos re-descubriendo que prestar atención en silencio al presente tiene más beneficios de los que podemos siquiera imaginar. Estudio tras estudio, la ciencia confirma que el mindfulness no sólo es necesario, sino que debe formar parte importante de nuestra vida.

Sin embargo el simple hecho de apagar el móvil o dejar de lado Facebook para estar en silencio por 1 minuto nos produce angustia. Nos negamos ante la espantosa posibilidad de enfrentarnos a nuestros propios pensamientos, además de que esta cultura nos ha orillado a rechazar el aburrimiento para mantenernos entretenidos con cosas irrelevantes que no requieren esfuerzo mental.

Cuando alguien se decide a probar las aguas de la meditación, siempre hay dejos de duda y de miedo. ¿Podré con esto? ¿Será tan bueno? ¿Me veré ridículo? ¿Será fácil? ¿Será del demonio?Esto es normal porque el mindfulness se ha hecho de muy mala reputación gracias a nuestros amigos del new age, que presentan el meditar como una actividad espiritual y de contacto paranormal con todo tipo de arquetipos imaginarios.

Alguna vez alguien muy clavado en el new age me aseguró que meditar le daba el poder de resucitar animales muertos.

Esto es falso. El mindfulness es una disciplina abierta, libre y natural para cualquier persona. No tiene nada de mágico, sino al contrario; es una práctica que nos pone los pies en la tierra y nos hace vivir la realidad sin basura mental.

Seguro, es posible tomar la meditación como un sistema espiritual y de crecimiento, en que se pueden alcanzar niveles muy profundos.

Pero el punto es que a nivel pragmático y cotidiano, el mindfulness nos regala más de lo que esperamos.

Aquí una lista de 10 beneficios personales contundentes que llegan después de meditar por al menos 6 semanas:

1. Reduce el estrés. Al relajar los músculos y enfocar la atención a una sola cosa, se reducen los niveles de cortisol en el cerebro.

2. Mejora la salud en general. Al entrar en mindfulness por al menos 20 minutos, se reduce el ritmo cardiaco y los niveles de inflamación del cuerpo.

3. Incrementa la capacidad de aprendizaje y estudio. Debido a que la práctica de meditación requiere entrenar la mente a fijar la atención en una sola cosa, nos es mucho más fácil mantener la concentración a la hora de aprender. Esto es de valor supremo para estudiantes.

4. Ayuda a aceptar la realidad. Cuando la realidad nos da con todo, meditar nos ayuda a entender las cosas sin crear expectativas falsa y sin sufrir. Esto se llama aceptación, lo cual nos da bases sólidas para salir adelante y sin dramas.

5. Nos hace conscientes del momento actual. Al ser humano le gusta mucho perderse en recuerdos o en planes del futuro. Esto es antiproductivo porque perdemos tiempo y dejamos de prestar atención a lo que hacemos.

6. Nos vuelve más productivos. Vivir en mindfulness nos pone los pies en la tierra y nos da enfoque para terminar nuestras actividades sin distracción.

7. Termina con la depresión. Meditar diario nos ayuda a dejar ir las cosas que nos lastiman y nos conecta con el mundo como es. Así la depresión se desgasta poco a poco hasta desaparecer.

8. Termina con el insomnio. El meditador duerme mejor porque entrena el cerebro a bajar la actividad cerebral bajo demanda.

9. Nos vuelve más creativos. La práctica del mindfulness hace que la creatividad fluya libre porque reduce el ego y las cadenas de nuestras opiniones. Así nos vuelve libres para solucionar problemas de manera más eficiente.

10. ¡Es la puerta a la felicidad! Con todos estos beneficios juntos, el meditar hace que el drama se vaya, el ego se deslava, somos más compasivos, sanos y mucho más productivos.


jueves, 19 de marzo de 2015

La Tolerancia.

Sé que no voy a decir nada que no esté dicho o escrito, no ahora, sino desde hace siglos. Lo que ocurre es que me temo que por mucho escrito o por mucho dicho no hemos aprendido. El ejemplo de los que digo está nada más abrir los periódicos cada mañana o escuchar la noticias de la radio.



“Para que pueda ser he de ser otro, salir de mí, buscarme entre los otros, los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia”OCTAVIO PAZ

He querido comenzar este breve post con esta frase del maestro Octavio Paz. Una frase que a día de hoy,  recoge la esencia, al menos para mi, del humanismo, de la ética, de la vida en un siglo, el nuestro, el XXI, en el que nuestra existencia,  va mucho más allá del YO para convertirlo en el NOSOTROS.

Y el nosotros, hoy, no es el NOSOTROS de ayer. 

El nosotros, hoy, se encuentra más cerca, se encuentra junto a esa diversidad que más allá de separarnos, nos debe o debería enriquecer. Y la esencia de ese enriquecimiento, la esencia del ser en este siglo XXI está grabada en las letras que componen una palabra cargada de enorme significado: TOLERANCIA.

TOLERANCIA es, llega a ser, la esencia de la vida en cualquiera de las sociedades actuales. Tolerancia es aceptar opiniones diferentes, tolerancia es aceptar a personas que no sólo piensan sino que creen, viven, y son diferentes a mí. Tolerancia es saber escuchar y aceptar a los demás; es valorar a todo a aquel que desde su diferencia a la nuestra, obran, viven, piensan, creen, rezan, aman, escuchan distinto a nosotros. Eso es la Tolerancia: eso es vivir y agradecer estar vivo cada día.

Pero ¿tan difícil es ser tolerante? No olvidemos que podemos ser diferentes en la religión, en la raza, en la procedencia, en la cultura… pero somos iguales en la esencia: en la persona, en el ser HOMBRE.

Desde que el mundo es mundo no hemos dejado de hablar de Tolerancia sin llegar a ser tolerantes. Se nos llena la boca a todos de ‘tolerancia’, todos somos ‘tolerantes’ de palabra. La tolerancia es muy fácil de aplaudir, pero es muy difícil de practicar y más difícil de explicar, o al menos eso se dice.

Por eso he decidido hablar mínimamente de la Tolerancia porque siempre he creído que la ‘no tolerancia’ o ‘intolerancia’ ha sido, es y será, la responsable de generar conflictos, guerras, catástrofes y las máximas atrocidades humanas que han pasado por nuestra historia. 

¿Se podrían haber evitado?  ¿Podríamos haber evitado las guerras? ¿Se podría haber evitado la Inquisición? ¿El Holocausto? ¿Podríamos evitar el racismo, la xenofobia, las dictaduras? Claro que podemos. 

Podemos con una educación que tenga como base los valores, la ética y el desarrollo de actitudes que tengan como principio máximo el respeto a los demás, a la diversidad: el respeto a los diferentes. Una educación que nos disponga, que predisponga a nuestros hijos a admitir en el otro, en su compañero de pupitre, en su vecino, una manera de ser y de obrar distinta a la suya que genere en un futuro una convivencia tolerante.

La tolerancia es un valor indispensable a promover, a provocar, a inculcar desde la base de la persona y la base es la educación.

La Tolerancia puede salvar vidas.

Por eso  quiero defender, una vez más, la importancia de la educación en valores a nuestros hijos, desde el principio, en el Colegio.

Aprender a tolerar, aprender a respetar desde el pupitre. Aprender a reconocer al otro y aceptar al otro, al que tienes al lado aunque el color de su piel, sus creencias, su cultura o tradiciones sean distintas. Porque es desde niño cuando normalizamos todo y nos grabamos esas virtudes o defectos que nos marcarán el camino para bien o para mal.

Pero no es sólo en el colegio dónde debemos inculcar esos valores tan importantes como es la tolerancia a los niños, no, existe una responsabilidad fundamental en la familia como núcleo formativo por excelencia; y cómo no, también, tienen gran responsabilidad los medios de comunicación.

Entre todos podemos erradicar la intolerancia de nuestras calles, de nuestras escuelas, de nuestros barrios, de nuestras vidas. Y aquellos que desprendan de sí, que generen y provoquen intolerancia, aquellos grupúsculos minoritarios no tendrán otro remedio que habitar escondidos en la clandestinidad y terminar asumiendo las decisiones de la mayoría.

Los padres, los educadores, los medios de comunicación, las administraciones, tenemos la obligación de formar a nuestros hijos en valores. Somos responsables directos de inculcar el concepto de ciudadanía por la vía de la educación y el conocimiento, como bien apunta el filósofo Savater, que añade, que "la educación debe formar a un ciudadano integral, completo, con sentido de sus obligaciones, con respeto a lo que hay que respetar, y también con capacidad de crítica y de autocrítica frente al poder."

Hay una frase que tiene innumerables versiones en todas las culturas y en todas las religiones y marca la esencia de esa tolerancia a la que me refiero: si no somos capaces de respetar a el otro, no podemos exigir que nos respeten a nosotros.

En España todavía nos queda mucho camino por andar. En España todavía nos quedan rastros de intolerancia, rastros y ejemplos de racismo, de xenofobia. 
Es triste pero es.

Me gusta contar a mi hijo que conozca y valore que en su país, España, se vivió una época de oro en la que llegaron a coincidir las tres religiones de occidente: cristiana, judía y musulmana. Una época en la que cada uno, desde la tolerancia, se enriquecía del otro. Desgraciadamente esta etapa no duró mucho y, como sabéis, a partir de 1481 comenzó a generarse lo que yo planteo aquí como una de las primeras catástrofes y atrocidades humanas generadas desde la base de la intolerancia y el odio: la Inquisición. La Inquisición acumuló durante su desgraciada existencia cerca de 400.000 víctimas de las que 50.000 fueron quemadas. Y la Inquisición fue ese primer momento dramático en el que prevaleció la intolerancia llevada a sus máximos extremos: fue el primer Holocausto.
Y el segundo momento de extrema intolerancia fue el  Holocausto Nazi.


Vivimos en una sociedad dura, perversa, competitiva y a veces casi absurda. Pero es la que tenemos y la que hemos hecho. De nada vale quejarnos. Tenemos una oportunidad en nuestras manos. Sólo tenemos que echar a andar convirtiendo un valor en un principio fundamental: convirtiendo la TOLERANCIA en la esencia de nuestras vidas.

lunes, 16 de marzo de 2015

Sesiones Coaching Personal/ coachingDVida por José Luis Moreno.

Nuestro principio es Ayudar a los demás.

Nuestra labor es Ayudarte a conseguir tus Objetivos personales en el menor tiempo posible.




El Coaching es un camino hacia el cambio. 

Un camino  de mejora de la  calidad de vida hacia el éxito personal y profesional.

En nuestras sesiones de #CoachingDVida te ayudamos a solucionar tu problema de hoy con vistas al mañana.

La vida es lo más valioso que poseemos. Mientras tengamos vida nada es imposible.

TU COACH

Queremos ser TU COACH y estos serán los beneficios que obtendrás:

  • Alcanzar tus objetivos personales.
  • Superar situaciones de BLOQUEO.
  • Aumentar la confianza en ti mismo.
  • Superar crisis personales.
  • Superar  crisis profesionales.
  • Responder ante problemas sobrevenidos.
  • Simplificar tu vida.
  • Mejorar tu imagen y forma física.
  • Aumentar la seguridad en ti mismo.
  • Encontrar trabajo o empezar un nuevo negocio.
  • Mejorar tu calidad de Vida.


Queremos ser TU COACH 

En Coach Integral Services te ofrecemos la máxima profesionalidad, seriedad y confidencialidad.


  • Sesiones de 60 a 90 minutos.

  • Primera sesión informativa GRATUITA.
  • Segunda sesión: 75 euros.
  • A partir de la tercera Sesión60 euros.

Pack 4 sesiones (sin contar la sesión informativa): 225 euros


Pack 8 sesiones (sin contar la sesión informativa): 400 euros 


Sólo tienes que llamar sin compromiso:

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Diego de León, 22 6º Izquierda.

(Esquina calle Velázquez, Madrid)



jueves, 12 de marzo de 2015

Creer...

Creer en uno mismo no te garantiza el éxito, pero sí disfrutar de lo que haces y ser capaz de superar cada obstáculo y levantar de cada caída. #CoachingDVida


miércoles, 11 de marzo de 2015

Fases del proceso #coachingDVida por José Luis Moreno

Estas son las fases que seguimos en las sesiones de #coachingDVida cuando nos has dado la confianza de ser TU COACH personal:




1º Marco de actuación.


  • Sesión de Presentación.
  • ¿Qué te ha llevado hasta aquí?
  • ¿Qué esperas?
  • Explicación funcionamiento del Coaching.
  • Ajuste de expectativas.
  • Condiciones: compromiso, sinceridad, confidencialidad.
  • Tipo de Coaching: presencial, telefónico, online, mixto.




2º Alianza Coach/Coachee


  • Diseño de Contrato/Compromiso/Alianza entre Coach y Coachee.
  • Se refleja toda la información sobre el proceso y las condiciones.
  • Firma por las partes.


3º Analizamos la situación

  • ¿Dónde estamos?
  • ¿Por qué?
  • ¿Qué te preocupa?
  • Exploración de hechos, emociones y creencias que sustentan la situación actual. 


4º Búsqueda de bloqueos

Definir tus posibles creencias o ideas preconcebidas que te limitan e interfieren en tus propias capacidades. Trabajar para transformarlas en creencias que te potencien hacia la consecución de tus objetivos. 
  • ¿Cuales son tus creencias?
  • ¿Qué hábitos tienes?
  • Tomamos conciencia de uno mismo.
  • Nuevas formas de ver las cosas.
  • Descubrimos qué impide desarrollar otras estrategias de actuación.
  • Identificamos los frenos.



5º Identificamos Metas / Objetivos

Identificar y focalizar tus objetivos es la fase más importante del proceso ya que tu satisfacción depende de la consecución de los mismos. Los objetivos siempre tienen que ser compatibles con el resto de intereses que te envuelven: familia, amigos, salud, formación, etc.
Deben ser objetivos realistas, positivos, medibles y temporalizables. 
  • ¿Qué objetivos tienes?
  • ¿Qué metas te propones?
  • ¿Qué retos?
  • ¿A dónde vamos?





6º Plan de Acción

No deja de ser nuestra hoja de ruta, nuestros pasos a seguir hasta el final del proceso.
Nada es fácil ni de un día para otro. Tendremos que planificar tanto la consecución de objetivos como de los subobjetivos que nos llevarán al logro.
  • Diseñamos tu Plan de Acción.
  • Establecemos acciones y compromisos.
  • Buscamos juntos el camino.
  • Creatividad para hallar alternativas.
  • Priorizamos y ordenamos acciones.
  • Compromiso.



7º Seguimiento y Evaluación.

Siempre debemos estar atentos a los ajustes o rediseños sobre la marcha de nuestro Plan de Acción. Se pueden generar diferencias entre lo que hemos planeado y lo que vaya sucediendo durante el recorrido. El plan se va ajustando a nuestras necesidades. Por ello la comunicación entre el Coach y el Coache es fundamental.
Te acompañamos en cada momento más allá de las sesiones.
Cada obstáculo lo superamos juntos.
  • Seguimiento del Plan de Acción.
  • Evaluación de resultados.


7º Evaluación.

La evaluación de los resultados no sólo nos sirve para tener la sensación de haber cumplido los objetivos sino que es una experiencia para pensar en lo que puedo ser capaz de conseguir.


  • ¿Qué he aprendido?
  • ¿Vamos a por más retos?
  • ¿Qué puedo seguir mejorando?


La verdad es que siempre he creído que el mejor proceso de coaching es aquel en el que no hace falta un coach. Ese en el que tu mismo te conviertes en tu propio Coach, porque la vida, con sus penas y alegrías, con sus empujones y caídas, con sus luces y sombras, te ha iluminado lo suficiente como para convertirte en tu propio referente.

Y si no lo has visto, estamos ahí, para ayudarte a verlo.

Disfrutar con pasión de una experiencia personal que nos hace entender que somos capaces de conseguir aquello que nos planteamos.

Transformemos los problemas en retos.

Tengamos retos y luego busquemos el camino para conseguirlos.

José Luis Moreno




lunes, 9 de marzo de 2015

Ocho actitudes comunes que distinguen a las personas amargadas...

Por Alba Ramos Sanz

Amargarse y no hacer nada es mucho más sencillo que enfrentarnos a la negatividad y solucionar nuestros problemas, pero también mucho más perjudicial para nuestro yo individual y social.



“No sirvo para nada”, “todo me pasa a mi” o “no puedo tener más mala suerte” son algunos pensamientos negativos que de vez en cuando nos rondan la cabeza. Desde luego que todos podemos tener un mal día, pero sumergirnos en ellos sin intentar mirar el lado positivo de las cosas deriva en una vorágine de tristeza, antipatía y desánimo que a la larga no nos hace daño más que a nosotros mismos. 

Amargarse y no hacer nada es mucho más sencillo que enfrentarnos a lanegatividad y solucionar nuestros problemas, pero sin duda también muchísimo más perjudicial para nuestro yo individual y social.

Múltiples estudios han demostrado que los sentimientos de tristeza crónicos pueden afectar negativamente a nuestra salud, felicidad y bienestar. Aprender a detectarlos –tanto en nosotros mismos como en las personas que nos rodean– y saber cómo eliminarlos es una tarea que requiere un esfuerzo por nuestra parte pero que en ningún caso es imposible.

El profesor Preston ni se plantea en Psychology Today cómo podemos gestionar las ocho actitudes negativas más comunes para poder diferenciar entre la confianza en uno mismo y el miedo al fracaso y ser capaces de dominar el victimismo para ser capaces de salir –o sentirnos– victoriosos ante las derrotas. 






Dejarnos dominar por el miedo al fracaso y el victimismo nos hace infelices. (iStock)

1. Mensajes autodestructivos

Tener charlas con uno mismo es estupendo para colocar sentimientos e ideas en nuestra cabeza, pero si la conversación se centra en destruir nuestra moral a través de automensajes sobre lo zopenco que eres y lo terriblemente malque lo haces todo –cuando lo haces, que el castigo también puede venir precisamente de dejar que te coma la desidia– apaga y vámonos, que se suele decir.

¿Te has escuchado a ti mismo un “no puedo”, “no soy lo suficientemente bueno” o “no tengo lo que se necesita”? Acalla esa voz interior proveniente de El Mal porque si los mensajes que nos enviamos a nosotros mismos reducen nuestra confianza, disminuyen nuestro rendimiento, acaban con nuestro potencial y, en última instancia, sabotean cualquier posibilidad de que triunfemos, son charlas contraproducentes.

Como explica el profesor Ni, igual que un amigo no te estaría repitiendo constantemente que “no eres lo suficientemente bueno” o que “vas a fracasar”, autobombardearte con estos mensajes “te convierte en tu peor enemigo y detractor”. 

Autobombardearte con mensajes como "vas a fracasar" te convierte en tu peor enemigo y detractor

2. Pensar que lo vas a hacer mal

Una forma predominante del pensamiento negativo es hacer un balance de una situación o una interacción y anticiparnos con la idea de que saldrá mal. “Para muchas personas, esta actitud de ver el vaso medio vacío es habitual y automático”, comenta el profesor y coach profesional quien añade que “la forma en la que nos relacionamos con las circunstancias es la que hace que una experiencia sea positiva o negativa”.

Esta elección instantánea puede hacerte más fuerte o más débil, más feliz o más triste, seguro de ti mismo o una víctima acabada. No hay por qué vivir en el país de la piruleta, algunos imprevistos de la vida pueden resultar incómodos, pero no hay por qué hundirse: ¿Se ha pinchado la rueda del coche en mitad de una granizada? Ya has aprendido a usar el gato. Eso que te llevas. 

3. Las comparaciones nunca fueron buenas

Una de las maneras más sencillas y comunes para sentirnos mal es compararnos desfavorablemente con los demás. Claro que nunca lo hacemos con los considerados “iguales” sino que tenemos tendencia a hacerlo con “los que tienen más triunfos, parecen más atractivos, ganan más dinero o presumen de tener más amigos de Facebook”, comenta el profesor.

Cuando nos vemos a nosotros mismos deseando tener lo que otro tiene y nos sentimos inferiores, “estamos teniendo un momento de comparación social negativa” explica Ni. Corta de raíz las envidias –no, no existe la “sana” por mucho que te lo repitas– porque estas comparaciones “derivan en estrés, ansiedad, estados de depresión y la toma de decisiones autodestructivas”. ¿Merece la pena?

Compararnos constantemente con personas a las que les va mejor que a nosotros termina por amargarnos. (iStock)

4. La idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor

“Debemos aprender del pasado pero no sentirnos atrapados por él”. Pensar constantemente que has tomado el camino equivocado y que aquella decisión es la culpable de que ahora te encuentres en estas circunstancias. Sumergirnos en el pudo ser y no fue no conduce más que a la autoflagelación mental sobre algo que ni siquiera sabemos si realmente habría salido tal y como nuestra mente negativa nos relata. No sabemos si habría sido mejor, sólo lo que tenemos ahora mismo, y depende de nosotros afrontarlo con una u otra actitud. 

Hay que saber reconocer las nuevas oportunidades: “A veces el primer paso es simplemente romper con el pasado y declarar que eres tú, no tu historia, quién está al mando” recomienda Ni. 

5. La culpa de (todos) mis problemas es de los demás

La mayoría de nosotros nos encontramos con personas complicadas en nuestras vidas: manipuladores, desafiantes, narcisistas, mentirosos... Lo más sencillo es pensar que ellos son los culpables de nuestros problemas y nosotros somos las víctimas, pero, como explica el profesor, “esta actitud, aunque justificada, es reactiva y por lo tanto nos autodebilita”.

Sumergirnos en él pudo ser y no fue no conduce más que a la autoflagelación mental 

Hay muchas habilidades y estrategias que se pueden utilizar para mantenerse al margen de estos individuos, empezando por valorarnos a nosotros mismos y ser capaces de discernir en qué medida hacen uso de su naturaleza manipuladora para sentirse superiores a nosotros haciéndonos sentir más débiles. 

6. El victimismo como modo de vida

En relación con la anterior, la actitud victimista de hacer responsables de nuestras desgracias a los que nos rodean puede resultar sencillo y satisfactorio a corto plazo pero a la larga, como dice Ni, “perpetúa la amargura, el resentimiento y la falta de poder de decisión y actuación ya que la víctima sufre de lo que Henry David Thoreau llamó ‘silenciosa desesperación’”.

Estos sentimientos no va a ayudarte a ser más feliz ni tener éxito, sólo a llenarte de resentimiento, envidias y desarraigo. ¿Merece la pena ser siempre la victima?


Ir de víctima y culpar a los demás de todos nuestros problemas es lo más fácil, pero tiene serias consecuencias... (iStock)

7. Regodearse en la culpa

Todos nosotros cometemos errores en la vida. Cuando uno mira hacia atrás en sus actos pasados, tal vez hubo decisiones y acciones de las que pueda arrepentirse y es posible que hayan causado daño tanto a uno mismo como a otros.

“Recordar estos sucesos pasados puede hacer que nos acompañe el sentimiento de culpa por los errores cometidos, el daño causado o la pérdida de oportunidades”, comenta Ni, lo que derivará en sentirse mala persona y regodearse en la culpa.

Pero, como decíamos en el punto cuarto, no tiene sentido estar dándole vueltas a lo que pasó, lo importante es aprender de los errores y ser conscientes del daño que se pudo hacer para evitar que se repita.

Lo importante es aprender de los errores y ser conscientes del daño que se pudo hacer

8. El miedo al fracaso y a cometer errores

El miedo a los errores y a fracasar se asocia con el perfeccionismo: “Pensar que no eres lo suficientemente bueno en algunos aspectos puede ocasionar una tremenda presión sobre ti mismo para conseguir el éxito”, comenta el profesor.

Ponernos metas y tratar de alcanzar objetivos es importante para estar motivados, pero esperar ser perfectos, conseguirlo todo a la primera y hacerlo sin ningún fallo es prácticamente imposible y, por lo tanto, es absurdo exigirnos tanto si no queremos acabar con el ánimo por los suelos y amargados por nuestros fracasos.

Múltiples estudios han demostrado la correlación entre el perfeccionismo y la infelicidad, y es que simplemente ser perfecto no es humano.